jueves, 27 de marzo de 2008

¿Qué hay de nuevo en el nuevo Captain America?


Enfrentémoslo: eso de un militar que atacaba y se defendía con un escudo era bastante ingenuo. Creo que por eso los "Ultimates" de Millar y, específicamente, el Captain America que pertenecía a ese grupo respondía más a la idea del superviviente de la Segunda Guerra Mundial que el merengón que constantemente propagandeaba sobre lo "grandiosa" que es su patria, tierra de los libres y el hogar de los valientes y bla, bla, bla. Nunca me convenció su postura frente a ese asuntillo de Vietnam ni menos ante lo de Watergate (sí, claro, renunció al traje pero siguió haciendo lo mismo). Cuando pasó lo de Clinton y lo de su "esto no es una relación sexual" con Lewinsky, ¿cómo se hubiese reflejado esto en el Marvel U? La mentalidad maniquea de Steve Rogers podría haber colapsado: una cosa es en la Casa Blanca con Mónica Lewinsky, otra es Avengers Mansion con ¿quién? ¿Jarvis?

Ok, divago. Siempre he dicho que la mejor contribución al mundo que han hecho los gringos va por el lado del cine, los comics, la TV. No obstante, estas son su principal manera de fomentar y transmitir el imperio a otras partes del mundo. El resto, lo de la salud, los avances en distintas áreas de la ingeniería y otras "panaceas" son formas de crear más necesidades, más mercado. Ah, y no olvidar lo de la comida chatarra para completar el perfecto círculo vicioso.

No, no soy comunista, no no soy socialista, solo he leido algunos párrafos de Noam Chomsky y he visto esos documentalillos del gordo Moore. Creo que con eso basta.

No creo en "el estilo de vida americana", no creo en la patria ni en Dios ni en lo rico que es el pastel de manzana (OK., me retracto de lo último, mamá). Pero sí creo en lo que Ed Brubaker está haciendo en Captain America.

Escéptico como soy, primero pensé que en traer a Bucky de vuelta sería 90% marketing y 10% contenido. Afortunadamente, fue al revés y se nos presentó a un sidekick-kick-ass-and-bas-ass mucho más conectado con la realidad de la Segunda Guerra Mundial, de la Guerra Fría y de la actualidad estadounidense que Steve Rogers. En el n°25 murió un idealista (por algo el título de la saga es "La muerte del sueño") y en el n°34 nació un pragmático que, a pesar de la clásica inseguridad de estas-botas-altas-y-rojas-me-quedan-grandes, se las está sabiendo arreglar frente a una EE.UU. en crisis económica y moral. Con eso me refiero al EE.UU. representado en las viñetas de esta serie, toda semejanza con gringolandia y la administración Bush es culpa de Brubaker y Compañía.
Buen re-diseño de vestuario por parte de Alex Ross, lo de incorporar el diseño del antiguo escudo en el pecho va realmente bien. Podría parecer, tal como leí en un número de Wizard magazine, la bandera de Puerto Rico, pero se entiende la idea general. Los dibujos de Epting, con la ayuda de Guice, son adecuados y más que correctos. (Uf, me cuesta escribir este tipo de comentarios sabiendo mi déficit de habilidades en el dibujo de anatomía humana, pero, como alguien dijo: la crítica es para lo que hacen otros, el resto es parte de la vida privada).
Ahora, la cuestión es que el actual Captain America no tiene en su cuerpo el suero del super-soldado (o sea, hasta donde tengo entendido Bucky nunca fue oficialmente un militar, aunque puedo estar equivocado) sino que es un mercenario que recién está retomando el control de su cuerpo y de su vida. Con la Secret Invasion ad-portas, ¿Se podrá confiar en este nuevo sentinela de la libertad?

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